domingo, marzo 11, 2012

Tras mi luna de cristal


Quiero creer que todo va a ir bien, que no terminaré cayendo en el abismo.
Pero al final, como siempre, termino lastimándome yo mismo.
Y qué más da, si siempre ha sido así.

Todos tenemos dos o más caras y sólo mostramos una.
Mis sentimientos, no sé qué serán de ellos, ya no los quiero plasmar.
¿Para qué? No sé si pueda querer como antes, dejar el dolor y sólo...querer.


¿Por qué? ¿Por qué los recuerdos malos cuestan tanto olvidar?
Si tan sólo se pudieran borrar como cuando quemamos fotos.
Aún así, las cenizas quedarían en mí, impregnadas.

Y es por eso que me encierro, me encierro en esta luna de cristal
Irrompible, soy invulnerable. Aquí, lejos de todo, nada me puede tocar.
Pero aún así, esta luna termina siendo empañada.

¿Por qué la historia es tan corta y ya ni quedan páginas?
¿Por qué poco a poco siempre se va desvaneciendo el cariño?
¿Por qué la felicidad existe sólo cuando eres un niño?

Quizá sea un paranoico y ni siquiera exista.
Ya me cansé de hablar solo buscando respuestas.

Por eso, mi escudo es esta luna. Sólo muestro lo que quiero.
Escondo mis secretos detrás de esta luna de cristal.
Quien la rompa será la única persona que realmente me conozca.
Miedo, desconfianza, lo que sea. Es mi método de defensa.
Ya me cansé de la superficialidad de la gente.

Por eso, mis sentimientos se van extinguiendo lentamente aunque no quiera.
Sólo quiero un mundo donde nadie me hiera.

Quiero dormir, pero para no volver a despertar.
Abrir los ojos, pero dejar los párpados cerrados.
Oír qué me dice el silencio.
Que la soledad sea mi eterna acompañante.

Y es que yo existo, sólo tras de mi luna de cristal.